La sostenibilidad en la arquitectura está constituida por cuatro pilares:
-Los cuatro principios operativos:
-Que el impacto del ser humano sobre los sistemas naturales no supere la capacidad de carga de la naturaleza.
-Que el aprovechamiento de los recursos renovables no supere su velocidad de regeneración.
-Que los recursos no renovables sean sustituidos a largo plazo por los renovables.
-Que la emisión en el medio ambiente no supere la capacidad de absorción de los receptores.
-Los tres pilares:
-El económico: con la economía verde y circular.
-El social
-El medioambiental
-Las 3R:
-Reducir
-Reutilizar
-Reciclar
-Análisis del ciclo de vida:
El ACV (Análisis del Ciclo de Vida) estudia todo el proceso de un determinado producto desde la extracción de las materias primas necesarias para su producción hasta el fin y lo que se hace después con ese producto para determinar el posible impacto ambiental que puede producir su producción en sí.
Además de todo esto hay varias cuestiones relacionadas con el tema de la arquitectura sostenible como puede ser el concepto de los edificios sanos y los edificios enfermos, que no son más que la analogía comparativa de la relación entre el concepto biológico de salud y enfermedad con el arquitectónico, de manera que un edificio sano seria aquel que, por ejemplo permite la evapotranspiración, el intercambio con las radiaciones térmicas, con la luz natural, etc… Mientras que un edificio enfermo es aquel que comporta factores biológicos, químicos, físicos y psicosociales degenerativos.
Las condiciones físicas dentro de los espacios arquitectónicos pueden tener mucho que ver en el desarrollo de enfermedades o males en la salud debido a varios elementos como por ejemplo la temperatura, la radiación y la emisión térmica, el movimiento del aire y la humedad relativa.
Existen proyectos arquitectónicos para sufragar este tipo de problemas en el futuro, como la bioarquitectura como método de construcción arquitectónica basada en las personas, que tengan bajo consumo energético, con varios espacios funcionales y flexibles, usando materiales no nocivos y reciclados y respetando el territorio y su identidad. Otra manera sería la arquitectura bioclimática que se basa en un análisis del entorno de emplazamiento y sus condiciones climáticas para dirigir el proyecto de construcción de la mejor forma posible de acuerdo a los datos recogidos.
Medioambientalmente se prefieren los materiales naturales tradicionales no tratados porque garantizan condiciones de mayor salubridad que los sintéticos