Casa Malaparte

La casa Malaparte, ubicada en un costado de un acantilado sobre el Mediterráneo, en el Golfo de Salerno y al este de la costa de Capri en Italia, es una obra arquitectónica perteneciente a la corriente del movimiento racionalista arquitectónico en la Italia de mediados del siglo XX. Esta obra, construida entre 1938 y 1943 surgió fruto de una controversial y polémica relación entre el Arquitecto italiano Adalberto Libera, principal exponente de la arquitectura moderna italiana y el Escritor y propietario de la casa Curzio Malaparte, diplomático, corresponsal de guerra y entusiasta comunista. La compenetración de ambas personas no fue del todo agradable, incluso Malaparte llegó a decir que había sido un error contactar con Libera y que este solamente firmó los planos. Por este desencuentro, Malaparte acabó por culminar y dirigir el resto de la construcción de la obra con la ayuda de un grupo de albañiles locales.

Tras la muerte de Curzio Malaparte, propietario de la casa, esta fue legada a la República Popular China como herencia del escritor. Tras pasar los años, fue abandonada y vandalizada hasta el punto de perder incluso su suntuosa estufa de cerámica antes de realizarse un largo y costoso programa de restauración entre los años 1980-1990, que fue orquestada principalmente por el sobrino del propietario, Niccolo Rositani. 

Incluso a día de hoy, habiendo pasado casi ocho décadas desde su inauguración, la obra aún parece mantener esa bella dualidad aparentemente extrapolada de desafiar con su construcción ortogonal, recta, racionalista y sobria, con colores terracota a su entorno boscoso, escarpado, curvilíneo y natural, con tonos verdes y azules y a la vez evocar una especie de sentimiento de mimetización y adecuación con el entorno que le rodea a través de la naturaleza propia de la arquitectura completa de la casa, como si formara parte del lugar.

Incluso el lugar de construcción tiene que ver con la idea original de Malaparte de construirse a sí mismo, construyendo la casa y, en el proceso, buscar el sentimiento de soledad y amor.

Al principio del planteamiento de la obra, Curzio Malaparte rechazaba el enfoque racionalista, lineal y sobrio que Adalberto había pensado, alegando que debería de reflejar el espíritu mediterráneo. Se consiguió esto en parte gracias a la mimetización y adecuación de la casa a su situación, entorno y ubicación. Una de las formas de hacerlo fue evocando, en la ruta de acceso a la casa, con una escalera serpenteante  de 99 peldaños, el espíritu protector del lugar, conocido en la mitología romana como “genius loci”, comúnmente representado por una serpiente. 

La volumetría exterior de la casa es un paralelepípedo que sobresale incrustado en la roca del acantilado y que está dividido en 3 niveles interiores. 

A la cubierta plana, que hace la función de solarium, se llega, bien sea por una gran escalera en pirámide invertida que se concatena con el paralelpípedo o también llegando a la terraza recorriendo una escalinata con corte trapezoidal culminada por un muro blanco en curva libre que se desarrolla sobre el tejado.

Los espacios interiores se dividen en tres, la planta baja, la primera y la segunda, conformando un espacio general común que se desarrolla de forma hermética e independiente con el exterior. En la planta baja, además de una sala de huéspedes, hay una sala de Tirol con una estufa de leña, además, se encuentra la zona de servicios, bodegas y lavandería. A la primera planta se puede acceder por la fachada suroccidental y en ella se incluyen la cocina y los dormitorios de invitados. La última planta está constituida principalmente como la estancia de Malaparte. La casa cuenta, además, con baños revestidos de mármol pompeyano, una biblioteca y un atrio como sala de recepción, entre otras cosas. Uno de los toques especiales de la casa es la pared de detrás de la chimenea hecha de cristal, que permite ver el paisaje de Punta Massullo, en particular los farallones de rocas cercanos.

Los materiales van desde la albañilería típica mediterránea de la época, ladrillos, cemento, piedra, marcos de madera en puertas y ventanas, una bañera de mármol del dormitorio principal, como también en el revestimiento de algunas paredes, losas de piedra áspera en el piso del gran salón y con cerámicos decorados en muchas de las otras estancias, como habitaciones, atrio y baños, vidrio refractario especial en la pared del fondo de la chimenea y pintura exterior rojo Pompeya, con interiores de pintura blanca.

En cuanto su interior, destaca la separación entre los espacios, la división, y la simetría.

La planta baja, se encuentra debajo del nivel de acceso principal de la casa (“sótano”), pudiendo acceder directamente a ella por otra entrada y que representa el recinto de los servicios. Se encuentra en ella estancias de servicio como lavandería, un baño, acceso a la planta superior que da lugar directamente a la cocina.

En la planta primera se encuentra el acceso desde el exterior, encontramos cuatro habitaciones dispuestos de dos en dos simétricos con sus respectivos baños, también se encuentra la cocina de la casa y una cisterna de agua potable en el extremo este de la casa.

La planta tercera se accede desde unas escaleras justo a la entrada de la casa y que lleva primeramente a una habitación y Buhardilla y desde este conduce al salón principal de la casa con una chimenea/estufa de cerámica característica de la época. En cuanto al resto de las estancias de la segunda planta se encuentran los dormitorios principales de la casa, que son la habitación de Malaparte y la habitación de la “favorita”, con sus respectivos baños. Y desde la habitación de Malaparte se accede a su propio estudio. Estas estancias se separan del salón comedor mediante un tabique.

La cubierta se trata de una extensión plana de 30 m x 9,5 m, la cual se accede por las escaleras en pirámide invertida.